Perfil de Mónica Fernández

Mujer ecléctica, defensora de la verdad

Nació en España y se mudó con su familia cuando tenía dos años. La abogada Mónica Fernández es la conductora del programa Se ha dicho transmitido por Televen que goza de altos niveles de sintonía. En el año 2008, fue víctima de secuestro y sobrevivió tras recibir un impacto de bala en la espalda 
 
Por Oroyelix Lozada

 
En la calle, radio, televisión y hogares venezolanos la llaman “Dra. Mónica”. Su presencia tiene fuerza, se muestra siempre segura. Con cierto aire tropical –quizás por su ropa– y frescura ingresa al canal, unos altos tacones disimulan su metro sesenta de estatura. En sus hombros lleva un bolso deportivo y una femenina cartera que combina con su vestimenta. Desde la entrada hasta su camerino, regala los buenos días a todos los trabajadores que se consigue a su paso. La respuesta es inmediata, al unísono: ¡Buenos días, doctora Mónica! 
 

 
Está distraída hurgando el oscuro mundo de las carteras; le preocupa haber dejado su teléfono lejos de ella. Sí, es adicta a sus dos celulares. Odia hablar por teléfono pero sí atiende las notificaciones y mensajes que cada treinta segundos hacen sonar o vibrar sus aparatos. Así interactúa con su público, atiende casos y lee el sinfín de comentarios dulces y, a veces, amargos.

Sus días tienen 48 horas. Una semana graba en el canal y otra en su programa de radio Para que te defiendas, dicta clases de postgrado en la UCAB, tiene una columna en el diario La Voz. Es madre, es hija y ama de casa.

Siempre quiso estudiar Comunicación Social; sin embargo, es abogada, especialista en Ciencias Penales y Criminológicas y además licenciada en Educación, mención Ciencias Sociales. Carreras que estudió simultáneamente. Fue la primera de sus dos promociones con mención honorifica Summa Cum Laude. Se puede decir cualquier cosa de ella, menos que no está preparada. No existe ni un ápice de modestia de su parte porque lo sabe. Sabe cuánto vale profesionalmente y no por ello existen vestigios de arrogancia. Allegados y compañeros de trabajo también lo confirman: “Es una excelente profesional”.

Su vida se desarrolla en cuatro cuadras: el canal, la radio, el colegio de su hija y su casa convergen y distan de mínimas distancias que le permiten atender todos sus roles. No le ruega más minutos al reloj, al contrario, son sus horas las que piden descanso. 

MUJER DE GUÁRAMO 

A sus 41 años luce un cuerpo esbelto con atractivas curvas. Cuando estudiaba en el colegio Madre del Divino Pastor, practicó voleyball y perteneció a la Selección Nacional del deporte de malla. El ingreso a la universidad le imposibilitó seguir jugando con el equipo juvenil. No maneja bicicleta, ni sabe nadar, ni patinar. Pero entrena diariamente en el gimnasio, que por cierto, no sale de sus cuatro cuadras.

Mónica Fernández es una mujer aguerrida y sobresaliente que por alguna desconocida razón siempre se ha rodeado de hombres en el campo laboral: presos, militares, policías. El exceso de testosterona no la intimida, ni supone una actitud feminista. Posee una acendrada visión de igualdad.

Un 19 de abril se encontraba jugando softball con los privados de libertad de Yare, este hecho le abrió las puertas para trabajar a la orden del ministerio de Justicia. Con 24 años fue nombrada Directora Nacional de Prisiones y uno de los objetivos que debía perseguir “La Barbie carcelaria” sería mejorar las relaciones con la Guardia Nacional. Lo hizo tan bien que hasta terminó casada con un Teniente, su primer y único matrimonio con quien tuvo a su única hija Daniela Franco Fernández de 15 años.

PEQUEÑA REVOLUCIONARIA 

Desde pequeña forjó un liderazgo espontáneo que para algunos ha significado una piedra en el zapato. Se considera una revolucionaria y que lo afirmen las monjas franciscanas de su colegio, quienes debieron ceder ante la insistencia de la pequeña Mónica de permitir a las niñas usar mono de educación física para la materia. Esa fue su primera revolución ganada. 

Fernández no sabe mentir. Sus dos fuerzas son la verdad y la justicia; su profesión ha condicionado su vida personal. Una unión para siempre. 

Dos veces ha sido merecedora del Premio Mundial Joven Sobresaliente del Mundo, que otorga la Organización de las Naciones Unidas. Además, fue merecedora del premio Mujer Analítica del portal de la revista Analítica.com por su iniciativa de proyecto de Ley de Amnistía que llevó a la Asamblea Nacional. 

TIEMPOS DÍFICILES 

Mónica Fernández también fue juez de Primera Instancia Penal del Área Metropolitana de Caracas. Mientras desempañaba sus funciones públicas, tuvo lugar el Golpe de Estado al presidente Hugo Chávez. Fue acusada por el exministro Rodríguez Chacín de privación ilegítima de libertad y abuso de poder en los días de abril del año 2002. 

Sin embargo, sus decisiones cuestionables o no, estuvieron apegadas a su rectitud. Por ello no existe cabida para el arrepentimiento de sus acciones. Actuó como debió y fe de eso da la amnistía que el presidente Chávez le concedió.

Fueron años duros que enfrentó con su familia e hija de apenas 5 años en el momento. Ante esa coyuntura decidió fundar la ONG Foro Penal Venezolano, hoy día una organización posicionada y con fuerza política e influencia nacional e internacional. Un trabajo hecho a pulso con un Blackberry y rodeada de compañeros brillantes. El trabajo en equipo es fundamental para ella, es la clave para la consecución del éxito.

En el año 2008 la secuestraron. Duró tan solo horas. La situación dramática concluyó con un muerto, un herido y una bala alojada en su espalda. Sobrevivió para contarlo en I Survived: Rostros de Latinoamérica en el canal The Biography Channel. Las secuelas han mermado con el correr del tiempo; sin embargo, el temor está ahí y reaparece cuando la realidad del país te invita a ello. La inseguridad la asfixia, la estresa… Como a casi todos.

Si bien ha tenido participación política, esta ha estado desligada del partidismo. Su equilibrio y consciencia de justicia le permite ubicarse en el punto medio: se pasea por el eclecticismo.

DETRÁS DEL LENTE 

Aunque su inserción y aparición en los medios ha sido sostenida por ser fuente especializada en DDHH y seguridad, el fenómeno de ahorita, por Se ha dicho, es otra cosa. Le resulta “abrumador” y al mismo tiempo “hermoso” porque la gente le transmite energía. Sin embargo, repite enfática “yo soy humana, soy normal. Yo no soy Dios”.

Fiel defensora de los derechos humanos y también de los animales tiene a Paz. Así se llama su perrita puddle, regalo del cumpleaños número nueve de Daniela. Según, Paz de paz solo tiene el nombre.

Los fines de semana se los dedica a su familia. Comparte con sus hermanos, sobrinos y padres. Y confesó que todas las decisiones familiares las somete a discusión con “la familia telerín” como la autodenominó. Fernández no es de salir de rumba, cócteles o eventos sociales. Está convencida de que su inteligencia social, además de la habilidad numérica, es de las pocas cosas que no ha desarrollado.

Su sencillez deja huella en todos aquellos que la conocen o la ven en la calle. La misma persona del estudio de Se ha dicho es quien responde con calidez tu saludo en la calle, en la radio, Twitter o Instagram. Sus molestias, aunque pocas, las tiene como cualquier otra persona.

Así como se le ve en pantalla regañando con carácter por la insensatez, injusticia y la sordidez, fuera del aire ocurre igual. Es intolerante radical de las mentiras blancas, negras o multicolores. Todo lo estudia, lo pregunta y lo examina en cualquier momento, como un policía que no sale de su papel incluso cuando se trata de la relación en pareja. Aquel hombre que desee estar con ella debe estar dispuesto a ser el rey consorte y todo lo demás que incluye estar con una mujer de poder.

Mónica Fernández es un palo de mujer… ¡Se ha dicho! 
 
 

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